De la grandeza al renacer: la Ciudad Eterna a través de los siglos.
“Roma nostra vedrai. La vedrai da’ suoi colli: dal Quirinale fulgido al Gianicolo, da l’Aventino al Pincio più fulgida ancor ne l’estremo vespero, miracol sommo, irraggiare i cieli… Nulla è più grande e sacro. Ha in sé la luce d’un astro. Non i suoi cieli irragia soli (1), ma il mondo, Roma. (1) Non illumina soltanto i suoi cieli GABRIELE D'ANNUNZIO Escultor y arquitecto nacido en Napoli, muerto en Roma (1598-1680)
Roma, Ciudad Eterna
Roma, la Ciudad Eterna, es una de las ciudades más antiguas del mundo y la capital de Italia. Su historia se remonta a más de 2.500 años y está repleta de mitos, leyendas y hechos históricos que han dejado una huella indeleble en la humanidad.
Fue fundada en el año 753 a.C. por Rómulo y Remo, según la leyenda, quienes fueron amamantados por una loba y más tarde se convirtieron en los primeros gobernantes de Roma. Durante los siglos siguientes, Roma se convirtió en una república, que dominó gran parte de Italia y se expandió por todo el Mediterráneo. En el año 27 a.C., se convirtió en el Imperio Romano bajo el gobierno de Augusto, quien gobernó durante más de 40 años.
Durante su época dorada, Roma fue una de las ciudades más prósperas y poderosas del mundo. La arquitectura y la ingeniería romanas eran sin igual, y todavía podemos ver evidencia de su grandeza en la forma de sus edificios y monumentos, como el Coliseo, el Foro Romano, el Panteón y la Basílica de San Pedro.
Pero la historia de Roma no es solo una historia de grandeza y poderío. También es una historia de caída y decadencia. En el siglo V d.C., el Imperio Romano se desmoronó bajo la presión de las invasiones bárbaras y la corrupción interna. Durante los siglos siguientes, Roma fue saqueada y destruida varias veces, y la ciudad se convirtió en un mero recuerdo de su antigua grandeza.
Sin embargo, a pesar de todas las pruebas y tribulaciones, Roma ha logrado sobrevivir y prosperar hasta nuestros días. Hoy en día, es una de las ciudades más visitadas del mundo, gracias a su rica historia, su arte, su cultura y su gastronomía. Roma sigue siendo una ciudad eterna, llena de vida, energía y belleza, que nos recuerda que la grandeza y la decadencia son parte de la misma historia, y que la verdadera grandeza es la capacidad de superar las adversidades y seguir adelante.
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